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El reflejo del espejo

¿Qué vemos cuando nos miramos en el espejo? Hace años que trabajo en moda, diecisiete (me cuesta hasta escribirlo, son muchos), toda mi vida estuve rodeada de telas, máquinas de coser, agujas de todo tipo (de coser, de tejer, de máquina), pero no fue hasta que entré en el maravilloso mundo del diseño que entendí lo que realmente significan la moda y la imagen personal para mí.

Para poder escrbir esto, me tengo que remontar a los primeros años de mi vida. Estos últimos meses vengo trabajando más fuerte en mi autoconocimiento y, para eso, a veces hay que ir demasiado para adentro, profundo, o demasiado para atrás y entender por qué hacemos lo que hacemos hoy.

No quiero que esta historia que estoy por contarte me ponga en un lugar de víctima o de “pobre Ana”, más bien todo lo contrario, me encantaría inspirar a otras (u otros, por qué no) que se vean reflejadas. Desde que me acuero me gustan las cosas que no le gustan a nadie, para mí nunca fue un problema, que a cada uno le guste lo que le gusta y punto. Crecí en los 90, dónde la hegemonía era ley, no significa que ahora no lo sea, pero sí vemos muchos otros ejemplos de belleza y en ese momento no pasaba. Quiero describirte a la pequeña Ana Paula: Durante toda mi formación escolar fuí la primera de la fila (salvo por unos meses en segundo grado), siempre fuí muy blanca, por ende, como soy ojerosa, las ojeras siempre se vieron de color violeta… Siempre fuí de contextura pequeña, pero en tercer grado me salió una panza que me acomplejaba un poco. Como respiraba por la boca, me pasó que cuando cambié los dientes de leche todo se empezó a complicar por ahí, pues me había deformado el paladar por ese motivo. Eso derivó en aparatos fijos, ya que los movibles no hacían efecto. A pesar de todo esto, que no parece nada demasiado extremo, auqne claramente no entraba en los cánones de la época, siempre fui una nena muy segura, nunca tuve miedo de hablar adelante de las personas ni exponer lo que pensaba, todas mis referentes eran mayores que yo y estaba un poco criada entre grandes, sumado a que leía mucho (casi sin parar), tenía un muy buen vocabulario para mi edad. Todo esto, junto, hizo que me empezaran a tomar de punto en el colegio, críticas como “enana”, “fea”, “te hacés la canchera” y, la peor de todas “parecés un muerto” (en referencia a las ojeras en contraste con la blancura de mi piel), empezaron a hacer que ya no hable tanto en general, a que no diga todo lo que pensaba y a que me empiece a sentir una persona fea. Si muchos lo estaban diciendo, a pesar de lo que yo pensaba y me decía la gente que me quería, debería ser cierto. Mientras crecía esto se profundizaba, me acuerdo de encerrarme a llorar en el baño en los recreos, pero adelante de esas personas yo me mantenía fuerte, no mostraba vulnerabilidad. En la adolescencia llegó el autoconcepto, el gusto por vestirme, por cambiar, por jugar a ser mi hermana y mis primas que eran todas hermosas y elegantes… Siempre que salía a la tarde y me maquillaba, me lo iba sacanodo por el camino antes de llegar a destino “porque seguro me iban a decir algo”, cuando me ponía ropa diferente la usaba con mucha inseguridad, por el mismo motivo, recuerdo unos lentes de sol color rosa, con un corazón de strass que amaba y que quería usar todo el tiempo, pero al llegar con ellos, siempre había un comentario horrible, entonces me los sacaba una cuadra antes. Inernamente resistía y trataba de sobreponerme a esos comentarios, pero no podía o no quería enfrentarlos. 

Afortunadamente, la época escolar se terminó a los 17 y al año siguiente me sentí un poco más libre, podía ponerme lo que quería, nadie tenía nada malo para decirme, más bien todo lo contrario, pero no fue hasta el 2005, que empecé a estudiar diseño que me sentí realmente libre. En ese momento, mi guardarropa se convirtió en una explosión de colores (previamente había pasado por la oscura etapa del negro, porque eso hace que nunca destaques del todo, más bien te confundís con la masa), cuanto más color, mejor, cuanto accesorio diferente encontraba, ahí estaba yo, lista para usarlo. Al poco tiempo llegaron los sombreros y se convirtieron en parte de mi personaliad, el azul Francia fue un enorme aliado identitario durante un largo tiempo y llevaba con orgullo una botas de ese color con medias de lunares, complementado con negro, ahí si que no me volvía parte de la masa. Aprendí a devolver las miradas de los pasajeros del 532 (colectivo marplatense) y reirme por dentro. Había encontrado mi estilo, había encontrado mi voz personal y estaba segura de mí.

Fueron muchos años de búsqueda silenciosa e inconsciente, muchos años de dolor y (no voy a negarlo) todavía me cuestan mis ojeras y algunas características de mi cuerpo, pero ahora las quiero, las acepto y, entiendo, que hay cosas que no estoy dispuesta a hacer para cambiar, entonces no tiene mucho sentido poner el foco ahí. En un momento tuve la oportunidad de estudiar Asesoramiento de Imagen y eso me cambió la vida, ¿por qué? Porque pude conocerme más, porque aprendí a desactivar esas cosas que me hacían ruido de mi propia imagen y porque obtuve las herramientas para ayudar a otras. Fue hermoso y enormemente revelador. Siempre supe que esos años de formación escolar no habían sido en vano y que las personas con las que me crucé podían convertirse en algo más que bullies, podían ser quiénes me muestren un nuevo camino, quienes me orienten a cambiar lo que no quería para mí, nunca más. 

Hoy por hoy soy completamente consciente que no le va a gustar a todo el mundo lo que hago, lo que digo, como hablo, mi cara, mi cuerpo, lo que me pongo o lo que sea, pero también entendí que eso está bien. Lo que sí aprendí, es que nunca más, voy a permitirle a alguien que me haga sentir o no validada, porque la validación viene de adentro hacia afuera, porque sentirse bien viene de adentro hacia afuera… Y si yo estoy bien conmigo, nadie puede romper eso. Siempre escucho, me nutro y observo todo lo que tienen para decirme, si las cosas son dichas con amor, siempre las recibo y me cuestiono, pero no permito que me agredan o que me invaliden de esa forma. 

El camino del autoconocimiento es interminable y, como una nerd de la vida que soy, me alegra, porque amo estudiar, explorar y hacer descubrimientos cada día. Siempre pienso en que ojalá algo de lo que hago, aunque sea poquito o chiquitito, invite a otras a hacer lo mismo. Y si sos adolescente y llegaste hasta acá por casualidad, mi consejo es que pidas ayuda, que hables con tu familia, con tus amigas más cercanas, que explores posibilidades para sentirte mejor con vos porque, te cuento un secreto, esas personas que están haciendo que te sientas mal, tienen las mismas inseguridades que vos, los mismos dolores que vos, sólo que lo canalizan de otra forma, una horrible. 

Si llegaste hasta acá, gracias por leer ♥ Hace días que estaba necesitando compartir esto, porque puede contarte un poco más de quién soy y por qué hago lo que hago. Como siempre, te invito a que me dejes tu comentario más abajo y me cuentes si te sentiste así alguna vez, si te estás sintiendo así ahora o si estuviste del otro lado. La imagen que nos devuelve el espejo es la imagen que tenemos de nosotras mismas y, si miramos más adentro, vamos a encontrar una belleza inagotable.

Te mando un abrazo a la distancia.

Ana Paula

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¿Por qué celebramos el día mundial del reciclaje?

El 17 de mayo se celebra en todo el mundo el Día del reciclaje. Este día fue establecido en 2005 por la Unesco, como una oportunidad para recordar la importancia de la estrategia de RECICLAR, REDUCIR Y REUTILIZAR.

Si bien, cada vez, toma más peso la frase “el mejor residuo es el que no se genera”, es muy importante empezar a naturalizar la acción del reciclado, para poder llevarlo a cabo de manera cotidiana. Naturalizar esta acción y este concepto, genera que no tenga un peso negativo empezar a trabajar en las cosas que tenemos en casa, hace que no sea “mal visto” reparar un objeto, un electrodoméstico, una prenda. 

Teniendo en cuenta el concepto de reutilizar, podemos llevarlo a la acción de la misma manera. ¿Por qué sentimos la necesidad de usar y tener todo el tiempo cosas nuevas? Tal vez, pienso, es porque compramos sin pensar demasiado, entonces los objetos y bienes que tenemos, no tienen tantísima importancia, pues hay otros para reemplazarlos o intercambiarlos. Entonces, ¿qué puedo hacer yo, como ciudadana común, desde mi lugar? Seguí leyendo ¡y te cuento!

Economía Circular

A raiz de estos conceptos (reducir, reciclar, reutilizar: las 3R), nace un movimiento llamado economía circular. No es solamente una forma de trabajo, sino que es una filosofía. Quiénes trabajamos en economía circular, entendemos que determinados materiales que, a simple vista, podrían ser basura, son recursos muy valiosos para darles una segunda oportunidad.

Es así que, este modelo, es muy útil para reutilizar y reciclar determinados recursos. Voy a habarte de lo que yo sé, que tiene que ver con mi trabajo en la industria textil y lo que voy a contarte es lo que yo hago y los elementos que uso, pero lo que tiene de interesante este concepto, es que cada proyecto toma elementos tan distintos como el trabajo que hacen cada uno de ellos. 

En mi caso reutilizo dos grupos de materiales: textiles y alimenticios. 

Los textitles, claro está, son para poder trabajar en nuevas prendas. Pueden ser telas, prendas en desuso (incluso rotas), paños tejidos, hilados y avíos. Lo más duro del recurso textil, es que muchos de estos textiles están en perfecto estado para usar. Muchas veces son telas que quedan al final del rollo o mal guardadas, retacería, restos de tizada (lo que queda del corte de una prenda) o, simplemente, necesitan el espacio para poder poner nuevas. En otros caso, sobre todo en relación al tejido, son paños fallados, con puntos corridos, agujeros o cualquier otro tipo de error.

En cuanto a los alimenticios, reutilizo el residuo que queda de esos alimentos luego de ser consumidos o antes de ser vendidos. Es el caso de las cáscaras y carozos de palta, las cáscaras de nueces, yerba usada, restos de poda y las cáscaras de cebolla. Estos recursos los obtengo de lo que tiran otras industrias, ellos no pueden hacer nada con esto, pero yo sí. 

Yo, consumidora

Al principio de esta nota, te dije que tenía para decirte cuáles eran las acciones que como consumidores podemos tomar… Bueno, llegó el momento y la respuesta ¡no te sorprenderá! Ser más responsables y conscientes a la hora de generar nuestros consumos. Te preguntarás ¿en qué modifica toda la cadena este comportamiento?, bueno, la realidad es que como consumidores tenemos un enorme poder, somos quiénes generamos la demanda de los productos que están disponibles en el mercado. Si hacemos una investigación sobre los productos que estamos consumiendo, vamos a poder elegir con mayor consciencia. Cuando hablo de investigación no me refiero e que nos convirtamos en Sherlock Holmes 🤣 Digo que nos hagamos algunas preguntas. Las más importantes, desde mi punto de vista, son;

♥ ¿Realmente lo necesito/quiero?

♥ ¿Tiene sentido que haga esta compra?

♥ ¿Qué fin va a tener cuando deje de usarlo?

♥ ¿El packaging es biodegradable/compostable/reutilizable? ¿Puedo pedir sin packaging? Un ejemplo clarísimo es cuando compramos algo de un tamaño mínimo y, de todos modos, lo recibimos en un paquete o bolsa que va a durar unos minutos y luego no vamos a saber qué hacer con él.

♥ Esta marca ¿es responsable de sus residuos? ¿De su producción?

♥ Este poducto ¿es durable en el tiempo?

Exigirle a las marcas que se responsabilicen de los efectos de producción y de post consumo de sus productos, es una forma de ser responsables, pero también lo es hacernos cargo nosotros de lo que hacemos cuando terminamos de usar lo que compramos. Elegir la mejor calidad, dentro de nuestras posibilidades económicas, es una decisión que muestra una gran responsabilidad, porque de esa forma, sabemos que no va a ser algo que vamos a desechar en muy poco tiempo, un ejemplo muy claro es el de la indumentaria. Las prendas baratas tienen un montón de costos ocultos. El más sensible, y terrible, es el de los y las trabjadoras que intervinieron en la cadena productiva, si el precio es bajo, el sueldo de quiénes lo hicieron, lo es aún más. También es muy probable que la calidad del textil sea baja, por lo que en pocos usos, esa prenda va a empezar a sufrir algunas cuestiones, la más comín, es el peeling o “pelotitas” que se hacen en las prendas, sobre todo, en las partes que más fricción tienen, como las axilas, los puños y todo lo que tiene mucho roce. Es entendible que accedemos a lo que podemos pagar y no hace falta endeudarse para comprar cualquier cosa, pero si elegimos lo mejor, dentro de nuestras posibilidades, sabemos que va a durar más en el tiempo y eso es un ahorro en si mismo, porque no vamos a tener que reemplazar eso en un tiempo mayor, osea, no vamos a tener que omprar uno nuevo.

La revolución es la reparación

Aunque parezca una locura, hoy por hoy, en la ola de consumo en la que vivimos, reparar es un acto revolucionario. Reparar vae la pena cuando lo que estamos reparando también lo vale. Elegir prendas especiales (aplica a cualquier cosa que compremos) hace que las cuidemos más, que querramos usarlas más y que, llegado el momento, nos haga sentido querer repararlas. Reparar, en este caso, lo leemos como reciclar. Por eso, deseo que en este mes, dónde celebramos este día, puedas elegir algunas prendas que quieras mucho y te decidas a darles una nueva oportunidad, reciclándolas y hasta cambiándoles un poco algo, para que siga siendo hermoso usarlas.

Espero que te sea de utilidad este post y que puedas reparar algo que tengas dando vueltas por ahí 🤗 Como siempre, me encarnaría leer qué pensás de todo esto y saber si conocías este día.

Espero que tengas un día hermoso! Te mando un abrazo a la distancia.

Ana Paula

 

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La vida es una maratón

Hace unos días que vengo pensando en esto… Me reconozco como una persona inquieta y ansiosa, siempre tratando de hacer todo en tiempo récord y diciéndome frases como “Hoy tengo que terminar toda esta lista de cosas”, listas que incluyen más ítems que horas del día…

Desde hace años que soy mi propia jefa, los tiempos los pongo yo, ¿a dónde quiero llegar tan apurada? ¿Tanta diferencia hay si esas camisas las tengo hoy o mañana? Las respuesta son: no sé y no, no va a haber tanta diferencia por un día de distancia, aunque sí va a impactar en mi salud mental y física.

Volviendo a la primera de las dos preguntas, la frase “no llego” la tengo incorporada en mi vocabulario desde hace años, pero una vez más, ¿a dónde? La realidad es que la ansiedad, el deseo de crecer, la curiosidad, pero sobre todo la ansiedad, muchas veces hace que todo lo midamos en cuestión de tiempos, logros y tareas cumplidas, medir, medir y medir. Y si los resultados no son los (imposibles) que me habá planteado al inicio del día… ¡Hola, frustración!

La realidad es que desde el mes pasado estoy trabajando en los nuevos y futuros hitos de Natural, tuve una mentoría en la Universidad de Palermo que me cambió la cabeza y volvi con ganas de tomarme (aún) más en serio lo que hago, por eso llegué y empecé a pensar cuáles eran los pasos a seguir, organicé el contenido de agosto, como venía haciendo los últimos dos meses y me junté con una diseñadora gráfica que está trabajando en algunas cuestiones referidas a la imagen y comunicación, tuve una sesión muy intensa con una asesora y acá estoy… Con el contenido pensado, pero la cabeza explotada y llena de contratiempos que no me permitieron sacar fotos, filmar o tener esas cosas a las que pensaba sacarles fotos y filmar 🤦‍♀️🤷‍♀️ El punto es, me estoy tomando mi tiempo para hacer más y mejor, para delegar lo que haga falta, para crear un equipo que me permita crear con mayor libertad y da muchísimo miedo soltar el control, pero también alivia, da muchísimo miedo no estar presente en redes, pero también es lo que puedo hacer… Siempre queremos que cosas nuevas y mejores entren en nuestra vida, bueno, para que eso pase, es necesario hacer el espacio ♥ En eso estoy, dándome espacio. Espacio para crear, espacio para buscar la nueva casa de Natural en Marpli, espacio para co-crear con la diseñadora gráfica, para encontrar una costurera que tenga ganas de trabajar en pequeñas cantidades de prendas complejas, espacio para crecer, porque si está todo hasta el techo de cosas, es imposible pegar el estirón.

La conclusión de esto es: 

1. Estoy más grande, jaja. Me permito el espacio y me permito hacerme cargo de que no me gusta correr sin parar y sin el objetivo claro de hacia dónde estoy yendo.

2. Primero lo urgente y luego lo importante: sin equipo de trabajo estable, es muy difícil estar en todo, por lo que primero necesito encontrar un espacio cómodo y acorde a lo que quiero ofrecerles a ustedes y que responda a lo que puedo invertir en él, después buscamos como hacer el contenido.

3. El salto hay que darlo cuando el coracón late con fuerza. Estoy en ese momento, sé que es ahora (aunque el contexto no parezca el mejor) y que no quiero dejarlo pasar, entonces mejor frenar para tomar impulso.

4. El miedo, la aniedad y la poca tolerancia a la incertidumbre, son de los peores compañeros que una puede tener. Son importantes y muchas veces nos ayudan a determinar cuando estamos en peligro, cuando es mejor “salir de ahí”, pero siempre tenerlos a raya y domados, porque si no, al menos a mí, me toman por completo.

Sólo quería comartir con vos en que ando, hace mucho que no escribo y es por eso, porque no paro, pero hoy tuve realmente ganas de hacerlo y contarte todo esto, capaz estás en una situación parecida y te sentís acompañada :). 

Estoy lista para saltar y sentir el viento en la cara, espero que nos encontremos del otro lado del salto.

Gracias por estar ahí desde hace años ♥

Te dejo un abrazo

Ana Paula

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Mujeres que inspiran: Victoria Ocampo

Pasó mucho tiempo desde la última vez que me senté a escrbir, reconozco que mi cabeza tuvo mucho ruido este último año… Será por eso que no lo hice.

Después de este preámbulo, te cuento que retomo la sección de mujeres que inspiran, hoy, 8 de marzo, porque me parece interesante poder ver cuántas mujeres en la historia hicieron mucho para que nosotras estemos hoy acá, recogiendo el guante y continunando con una lucha que, si bien no es fácil, tiene el camino mucho más allanado que las que vinieron antes de nosotras. 

Hoy quiero contarte un poco quién fue Victoria Ocampo y por qué me inspira – Spoiler alert: Mi colección de invierno está inspirada en ella.-
Antes que nada debería contarte que en Mar del Plata está la Villa Victoria Ocampo, un espacio cultural hermoso, rodeado de un jardín increíble, con una casa de estilo inglés color amarillo, que en su interior tiene unos papeles tapices increíbles, muchos de ellos restaurados por la erosión del paso del tiempo en ellos, con muebles soñados y espacios que invitan a imaginarse una vida pasada… Ese espacio fue refugio de muchos paseos desde que soy chica, mi mamá nos llevaba a mi hermana y a mí por todos los museos de la ciudad, la biblioteca municipal y cuántos espacios culturales existieran, sin embargo y a pesar de conocer la casa desde que tengo recuerdos de infancia, nunca había reparado en la vida de Victoria. Escuché algunas historias, retazos de memoria de personas que fueron contemporáneas, algunas más felices que otras, pero no fue hasta diciembre que tomé las riendas de mi propio conocimiento en su vida, porque fui convovada, junto a otras diseñadoras marplatenses, por la dirección de la casa para formar parte de la muestra: “Victoria hoy, en la moda y el diseño”. Fue un viaje maravilloso, fue conocer una historia de libertad, una vida llena de hitos, fue leer sobre una mujer escrita por otras mujeres, fue maravillarme en cada renglón. 

Quién fue Victoria Ocampo?

Victoria fue la mayor de las hijas de la familia Ocampo, fue criada entre institutrices francesas e inglesas, siendo esos sus idiomas madre, más tarde aprendió el español. Su familia, tradicional de la aristocracia argentina, acomodada, pudo brindarle a ella y a sus hermanas educación, viajes, mucha lectura y un hogar donde se respiraba cultura.
Victoria estudió Filosofía y Letras. En 1920 publicó su primer artículo, en el diario La nación. Siempre rodeada de escritores e intelectuales, fue en 1931 cuando fundó la Revista Sur, la cuál dirigió durante cuatro décadas. El objetivo de dicha revista era dar a conocer escritores jóvenes argentinos, la literatura latinoamericana y lo mejor de la literatura mundial. Sur, se convertiría en la revista literaria más importante de hispanoamérica en el siglo XX.

Victoria fue una de las primeras mujeres en Argentina en publicar lo que escribía, también se dejaba ver manejando, fumando, vistiendo pantalones y teniendo actitudes – según el tono de la época – “masculinas”. En 1934 conoció a Virginia Woolf y fue la gestora de que se traduzca su obra en Argentina.

En 1936 fundó la Unión Argentina de mujeres, junto a otras escritoras y activistas. “Ésta organización fue creada para defender los derechos civiles de las mujeres, en respuesta a la promulgación de una ley propuesta por un grupo de jueces en 1935, que hacía retroceder sobre los derechos civiles conquistados en 1926. Según la reforma, las mujeres casadas no podrían administrar sus propios bienes, aceptar trabajar, ni ejercer profesión alguna, sin autorización legal del marido. Además, estos eran autorizados a anular el vínculo si comprobaban que la mujer no era virgen al contraer matrimonio.”

“La UMA comenzó a expandirse en filiales en el interior, ofreciendo conferencias, reuniones públicas y panfletos, como el siguiente:

“La revolución que significa la emancipación de la mujer es un acontecimiento destinado a tener más repercusión en el porvenir que la guerra mundial o el advenimiento del maquinismo. Lo único que me pregunto es si la palabra ‘emancipación’ es exacta. ¿No convendría más decir ‘liberación’? No olvidemos que los intolerables métodos coercitivos que nacen tan naturalmente en los hombres y que las mujeres soportan con una naturalidad más extraordinaria aún están todavía en vigor entre la gran mayoría. La emancipación de la mujer, tal como yo la concibo, ataca las raíces mismas de los males que afligen a la humanidad femenina y, de rebote, a la humanidad masculina. Pues la una es inseparable de la otra… Que un grupo de mujeres tome aquí conciencia de sus derechos, que son responsabilidades. Tal es mi voto restringido y ardiente. Podrán responder dentro de poco por innumerables mujeres”. (V. Ocampo)” Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/El-cuarto-propio-de-Victoria-Ocampo

En 1977 fue la primera mujer en formar parte de la Academia Argentina de Letras, votada por sus pares.

Victoria y la moda

Victoria tenía un estilo propio, una mezcla entre lo femenino y lo masculino. Grandes blazers con hombreras, trajes sastre de falda y pantalón, telas nobles, sombreros y sus característicos lentes diseñados en New York. Su guardarropas se conformaba de atuendos firmados por Paquin y Cheruit, Abercrombie para sus equipos sport, Pierre Balmain en su etapa de madurez y Chanel.
Ésta última medía y hacía los trajes de Victoria, tuvieron una relación cercana y Victoria tuvo palabras de admiración hacia Cocó: 

“Vio claro en cuanto a lo que la mujer de esos días, y de los nuestros, necesitaba: sencillez. Desde luego la sencillez acompañada por excelente calidad de materiales puede costar fortunas, pero también se logra elegancia sin fasto.’

‘Admirable el empeño de Chanel en trabajar e independizarse de la tutela masculina. Admirable su talento costureril.’

‘Coco Chanel derribó las vallas que encontró en un mercado, el de los trapos, celosamente defendido por dragones rivales.’ Fuente: http://www.blocdemoda.com/2018/02/la-moda-victoria-ocampo-y-coco-chanel-mar-del-plata.html

También hablaba de la atemporalidad de su estilo: una podía usar un traje Chanel durante años, sin que nadie notara que era de temporadas anteriores. 

Victoria tomó la estética de la moda internacional, trayéndola a nuestro país, agregando tradiciones locales, conformando el estilo de la mujer moderna en Argentina. Victoria fue un ícono de moda y estilo durante el siglo XX, era de las que creaba la tendencia y no de las que la copiaba. La moda para ella, como para muchas en su época, era una manera de comunicar a simple vista el espíritu de libertad y movimiento.

Sin dudas fue una mujer que no buscó tomar el espacio masculino, si no el propio, que en ese momento era negado para las mujeres. La moda fue sólo un lenguaje, un terreno que las mujeres teníamos ganado, pero que no usó para la mera decoración, sino para demostrar la fuerza femenina en los espacios de poder. 

Una pionera, una mujer derribó prejuicios, un ícono, una escritora, una mecenas, una impulsora de la literatura y el arte en nuestro país, sin duda alguna una mujer que abrió caminos para las que vinimos después y que, al día de hoy, nos sigue inspirando. Los personajes como Victoria, deben ser leídos en su época, como pioneras y miembros de determinados sectores sociales y culturales, toman decisiones o tienen pensamientos contrapuestos a nosotras hoy en día, pero eso no significa que no nos puedan inspirar y que sí podamos admirar su obra.

En abril voy a presentarte la nueva colección de Natural: Nature Vivant, inspirada en Victoria, su historia y su persona, ojalá te guste y te inspire a vos también.



Llegamos al final de esta nueva nota en el blog. Me encantaría que me dejes tus comentarios por acá abajo contándome si conocías su historia, si no, qué pensás de ella y todo lo que quieras. 

Prometo no demorar tanto para la próxima nota, muy pronto se vienen novedades por aquí y ya te las voy a ir contando de a poco.

Deseo que hoy hayas podido tener un día de reflexión, de lucha, de alzar tu voz, de encontrarte con otras. Y lo que más deseo para todas nosotras es que no tengamos que ser valientes nunca más, sino libres, que podamos conseguir la igualdad salarial, que odcupemos espacios de poder sin tener que resignar nada, que nuestros cuerpos sean nuestros y parte de nuestras decisiones y que en un futuro no tengamos que explicar más porque hoy se celebra el día de la mujer.

Nos encontramos en la redes!

Ana Paula


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#SeptiembreSegundaMano

Ya estamos en septiembre, la primavera llega en un abrir y cerrar de ojos, nos sacamos los abrigos, los sweaters pesados, los bufandones, todo para darle paso a las telas más livianas, los tejidos más fluidos y los colores más claros. Cambian las tipologías, dejamos atrás los pantalones por las faldas o vestidos, cambiamos las remeras térmicas por camisas y blusas, tenemos más ganas de cambiarnos, vemos el sol durante más horas… Bueno, en Marpli tarda un poquito más en llegar, honestamente hasta octubre/noviembre poco de eso pasa! 

El detalle a tener en cuenta con todo esto es el cambio de guardarropas, tenemos lo que creemos necesario para encarar una nueva temporada en materia de indumentaria? Lo más probable, aunque creas lo contrario, es que sí. El tema es que todas las marcas de ropa empezamos a mostrarte prendas nuevas, en escenarios más amables y a les consumidores nos da ganas de ser esa persona sentada al sol o caminando por la playa, por eso sentimos la necesidad de consumir esa imagen que nos están mostrando. 

Sin embargo, este año, la ONG OXFAM lanzó una campaña acompañada por el hashtag #septiembresegundamano, que nos invita a no comprar prendas nuevas durante estos 30 días. En cambio, nos alientan a reformar, reciclar, adaptar y cambiar las prendas que ya tenemos en nuestros guardarropas! Y en el caso de necesitar prendas nuevas, que elijamos las de segunda mano. Cuáles son estas prendas? Bueno, hay varias opciones. Podemos elegir comprar en negocios de segunda mano, como las ferias americanas o ferias vintage. Otra opción es comprar prendas que estén upcycleadas. 

El upcycling es un recurso que usamos muchos diseñadores para darle más de una oportunidad a un textil o una prenda anteriormente producida. Hay muchas de maneras de hacer upcycling, puede ser simplemente intervenir una prenda ya hecha o puede ser desarmarla completamente y hacer algo nuevo, diferente, dónde no tengamos ni una pista de lo que era al principio. Cuál es el beneficio de ésta técnica? Que no necesitamos empezar de cero, que los recursos que se usaron al principio no están desperdiciados como pasa cuando descartamos una prenda después de su uso. SI es un textil o prenda en buen estado, por qué no volver a usarlo? 

Desde ésta web te invito a ver mis prendas upcycleadas (todos la línea de sweaters y tejidos lo son) y conocer mis servicios de trabajos a medida, que no siempre significa hacer una prenda/traje/vestido desde cero, sino que podemos trabajar en la reforma de algo que vos ya tengas en tu casa y quieras darle otra oportunidad. Otro recurso que te recomiendo para aportar a #septiembresegundamano es trabajar en tu guardarropas, en tu imagen personal, pero no desde una óptica fashion-victim, sino de reconocer tu estilo e imagen propia, para que aprendas a hacer compras inteligentes y que cada pieza en tu guardarropas sea especial, desde la camiseta más básica hasta la prenda más sofisticada! Podés encontrar el taller de Imagen Personal en este link!

Conocías ésta iniciativa? Conocés a OXFAM? Contame todo en los comentarios! 

Te mando un abrazo con distancia y protocolo, nos leemos pronto! 

Ana Paula

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Me doy el lujo

Hace unos días vengo pensando en la palabra lujo. De qué hablamos cuando hablamos de LUJO? Cuando era chica y discutía con mi mamá o me retaba por algo (seguramente con razón) ella solía decirme “y encima te das el lujo de (complete aquí con lo que se le venga a la cabeza, en su caso, generalmente era “de contestarme”). Pero, qué es el lujo en realidad? Según el diccionario:

lujo

 
nombre masculino
  1. 1.
    Exhibición o manifestación de riqueza.
    “el lujo es un concepto tan subjetivo que en él cabe todo, desde el caviar beluga al placer de no tener que hacer nada”
     
  2. 2.
    Cosa o conjunto de cosas prescindibles que suponen gran gasto de dinero o de tiempo.
    “pretendía pasar ocho meses navegando por el mítico río estudiando monumentos antiguos y en un barco con todo tipo de lujos”

Pensaba que, como en todas las épocas, las palabras y los conceptos van mutando. Las filosofías de vida, las maneras de pensar y sentir también mutan, se adaptan a nuevas formas y, por eso, el concepto de lujo no es la excepción. Durante siglos el lujo fue prohibitivo para el común de los mortales, sólo quienes participaban de alguna manera en la realeza eran considerados dignos de lujos. Con la revolución industrial y la democratización del arte, pequeños lujos fueron posibles para la mayoría de las clases sociales, de todos modos, siempre seguía en relación con la ostentación, el dinero y los objetos materiales. 

Con el rap y el Hip Hop, empezó a pasar algo parecido: la ropa de marcas internacionales, las cadenas doradas de eslabones enormes, los anillos y todo tipo de ornamentación se hizo presente en la escena cotidiana, cuanto más, mucho mejor! 

Pero… Qué pasa ahora? Ahora que nos empezamos a hacer más conscientes de nuestro entorno, de que lo que hacemos tiene siempre un costo para el planeta y para los demás seres que lo habitan, que tenemos nuestra finitud tan visible con esta pandemia en la que estamos inmersos… Sólo basta con entrar a un portal, prender la tele o mirar las redes para volver a conectar con eso… Ahora también el lujo es relacionado directamente con la ostentación? Tal vez para una parte de la sociedad sí, entendamos también que las cadenas y los anillos pasaron a ser pasajes de avión, pero durante más de un año no fue posible subirse a uno de esos… Entonces, insisto, seguimos dándole el mismo significado a la palabra “LUJO”? En mi opinión, para una porción de la población, ese concepto es otro. Hice una pequeña muestra en mis redes, pregunté cuándo sienten que se están dando un lujo? Y, si bien, hubo muchas respuestas que tenían que ver con lo material, hubo muchas otras que tenían que ver con lo emocional, con el bienestar, con compartir. Esos pequeños “lujitos” que nos damos cuando tomamos la decisión de comprar un alfajor a la pasada del trabajo y, tal vez, comerlo en el camino, esa salida en pareja que, más allá de comer afuera, significa cambiar de ámbito y sentarte a disfrutar con el otre un momento diferente, dejar el el celular, la tele, las redes por un rato y conectar. Puede ser una juntada o videollamada con una amiga a la que no ves hace mucho y tomarte dos termos de mate entre charla y charla. Puede ser darte el lujo de criar a tus hijos como quieras y creas, sin importar lo que opine el resto del mundo. Puede ser ser más sustentable, consumir marcas (que hay un montón) que estén alineadas con esta filosofía, o, por qué no, tener unas aromáticas en la cocina y comer más rico todos los días, o una huerta y saber exactamente qué estás comiendo. También, en este contexto, ver seres queridos y abrazar con distancia social, es un lujazo! Acá te dejo algunos ejemplos de las respuestas en instagram.

A nivel personal, mis lujos son muchos! Me doy el lujo de trabajar de lo que más me gusta en el mundo, de sentir que estoy contribuyendo al planeta de una u otra forma. Me doy el lujo de ser consciente de (la mayoría) de las cosas que consumo e intento cambiar las que me hacen ruido. Me doy el lujo de tener una pareja feliz, porque trabajamos juntos para que así sea ♥ Me doy el lujo de estar triste a veces y respetarlo, de revolver en mi interior y tratar de ser una mejor versión de mi cada día. Y el más lindo de mis lujos, es regalarme una meditación cada mañana, antes de desayunar, para empezar el día un poco más tranquila, aunque no siempre resulte en las horas que siguen 🙈🙏

Date el lujo de regalarte un momento para vos! ♥ En la foto Ruana WAYRA, Camisa y Pantalón Blanca.

Te invito a que me cuentes cuáles son los tuyos con el #medoyellujo, darnos cuenta de los lujos que tenemos y nos regalamos, tomar consciencia de esas pequeñas cosas, nos hace estar más felices! Espero que hoy y cada día te des el lujo de regalarte un momento para vos, el que sea, el que elijas, no tiene que durar más de 5 minutos, pero ahí vas a saber la importancia de tener una vida llena de lujos! ♥

Te abrazo a la distancia y con protocolo 😷😊, espero que te identifiques un poquito con algo de todo esto ♥ Dejame tus lujos por acá abajo en los comentarios o en las redes.

Ana Paula

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El guardarropas sustentable

Desde hace algunos años la palabra “sustentabilidad” nos acompaña en muchos ámbitos de la vida cotidiana. Si bien tiene diferentes aplicaciones según el área en que la encontremos (ciencia, salud, ambiente, economía, etc), me gusta quedarme con una que dice “El desarrollo sustentable supone la administración responsable y eficiente de los recursos naturales de cara al futuro. Implica la conservación del equilibrio ecológico sin dejar de lado el progreso material.” Entonces, qué tiene que ver esto con la moda o la indumentaria? Tiene TODO que ver, por qué? Porque en las últimas décadas la industria textil se volvió una de las más contaminantes del planeta, no sólo por sus procesos productivos, sino por la cantidad de desechos anuales que genera. Esto tiene que ver con que pasamos de tener dos colecciones anuales (primavera/verano – otoño/invierno) a tener muchísimas más. Las marcas internacionales sacan colecciones “entre colecciones”, generando un mínimo de seis: las colecciones crucero, las de entretiempo, entre otras miles de posibilidades que surgen de la creatividad del mercado para vendernos más y que dure menos el uso de esas prendas. Como somos consumidores obedientes, sucumbimos ante el deseo en forma de necesidad de adquirir esas prendas, esos equipos y esas propuestas que nos ofrecen las marcas, ya no solo por las prendas en sí mismas, sino por la idea de que vamos a ser más felices y más parecidas a las personas que aparecen en las gráficas de las marcas, por supuesto esto es todo de forma inconsciente, al comprar tenemos una sensación de gratificación inmediata, que se desvanece a los minutos o al primer uso de esa prenda que luego queda arrumbada en un estante, tal vez caída en el fondo y encontrada meses después casi sin recordar que estaba ahí. 

Está mal comprar? Por supuesto que no, de hecho yo te vendo un montón de cosas y no por eso me considero una villana! Lo que, tal vez, no está tan bien es el comprar por comprar. La sustentabilidad se fundamenta en tres pilares: el ambiental, el social y el económico. El mundo de la moda tiene muchas debilidades en estos tres aspectos, el primero es que los procesos productivos a nivel ambiental tienen mucho consumo de agua, el uso de solventes y energía. El social, las condiciones de trabajo poco dignas para un sector determinado. El económico, el gasto desmedido en cosas que después no vamos a usar, como es el ejemplo del packaging: kilos de papel, cartón, impresiones de etiquetas, bolsas plásticas y un montón de otras cosas que se convierten en descarte automáticamente sacamos la prenda de su empaque. Entonces, qué puedo hacer yo como consumidora para no contribuir o contribuir en menos medida con todo esto? Lo primero que puedo hacer es saber quién soy, qué quiero, qué me gusta y qué necesito. Cómo se logra esto? Reconociéndonos, Buscando en nuestro interior para reflejar en nuestro exterior, hay ejercicios muy, muy simples que podemos hacer para esto. Uno es pararse frente al guardarropas (es un super buen momento el cambio de temporada) y observar. Cuáles son los colores qué más encuentro? Cuáles son las prendas que más se repiten? Cuáles son las prendas/calzados/accesorios que dejé de usar hace tiempo? Esto nos va a dar una primera idea de qué sí y que no nos gusta o nos identifica. El segundo paso sería probar esas prendas, ver cuáles son los cortes con los que nos sentimos más cómodas, qué nos resulta práctico y versátil para todas las actividades que hacemos cotidianamente y pensar en qué prendas o complementos nos harían falta para aprovechar mejor lo que tenemos. Es importante que descartes lo que no va más con vos y más importante aún, que no vuelva a ingresar a tu guardarropas algo similar. 

A la hora de comprar, siempre tener en cuenta la calidad, comprá la mejor calidad que te permita tu presupuesto. No es necesario “endeudarse” para tener nuevas prendas, las opciones son infinitas, a solo un vistazo de instagram podés encontrar muchísimas marcas que tal vez no exploraste antes a buenos precios en relación a su calidad. Si sos una persona a la que la motiva lo social, también podés investigar quién y cómo están hechas las prendas y cosas que comprás para vestirte. Es muy sencillo, sólo tenés bucear en internet y ahí va a aparecer todo. Dónde se hicieron mis prendas? En las etiquetas, generalmente, figura y ahí podés darte una idea de las condiciones en que esa prenda fue confeccionada… También podés comprar a marcas o empresas que trabajan éticamente a nivel social y/o  ambiental. Prendas de fibras naturales o con procesos amigables con el ambiente. 

Y ahora? Qué hacemos con lo que descartamos? Hay muchas opciones para esto, una muy interesante es reunirte con amigas (con distancia y cuidado, pues pandemia) y hacer intercambios de prendas, es super lindo tener algo de alguien que queremos, no? Cuántas veces tenemos prendas casi nuevas que a alaguna de nuestras amigas le gustaba mucho? Es una opción regalársela o hacer un cambio por otra que ella ya no use. Otra opción es vender. Hay muchos circuitos de ferias de segunda mano o ferias americanas, donde podemos llevar nuestras prendas que están en impecable estado para que alguien más pueda comprarlas y también podemos comprar nosotras prendas ahí, o hacer un intercambio con las personas a cargo de estos negocios. Es bastante interesante esta propuesta. 

Por supuesto está la donación a comedores, fundaciones y demás proyectos sociales. Tené en cuenta siempre preguntar previamente, porque es tanto el descarte de indumentaria que, a veces, ellos mismo están abarrotados de estos artículos. 

Por último y no menos importante, podés ponerte en contacto con emprendedores que trabajen con recuperación o reciclado textil, somos cada vez más, afortunadamente! En ese caso podés hacer intercambios o venderles tus prendas en desuso como materia prima de trabajo, si no conocés a nadie y estás leyendo esto podés contactarte conmigo y te cuento qué puede servirme. 

Así que, en conclusión, para tener un guardarropas más sustentable lo único que hay que saber es quiénes somos, qué queremos mostrar al mundo de nuestra personalidad y elegir bien las prendas que entran en casa. Lo bueno es que no hace falta quedarse con una sola opción, siempre que compres a conciencia podés mezclar todo, un poco de esto, un poco de aquello y tener un guardarropas más rico en colores y texturas, con más personalidad, la tuya, obvio. Un guardarropas más adaptable a tu vida, a lo que querés y más durable en el tiempo, por qué? Porque lo vas a amar! Y te vas a sentir “en casa” cada vez que te vistas ♥ Si necesitás ayuda para identificar todas estas cosas siempre podés inscribirte en el taller ⭐ Conectá con tu imagen ⭐ y exploramos juntas tu mundo! Y también te dejo el vivo que hice hace unos días hablando de esto mismo, tal vez te resulta más cómodo que leer 😉 porque lo podés dejar de fondo mientras hacés algunas actividades. 

Si tenés alguna duda, te invito a escribirme en los comentarios o mandarme un mail a anapaula@anapaulaseara.com, que te respondo lo más rápido que puedo! 

Que tengas un gran fin de domingo y una mejor semana! ♥ Te abrazo a la distancia y con protocolo 😊😅

 

Ana Paula